Todo el mundo tiene una idea. Al parecer el problema no es la falta de ideas para cambiar el mundo, sino la falta de valentía para hacerlas realidad. Yo también estuve en ese lugar, lleno de ideas que Dios depositaba en mi corazón pero más lleno de miedos y de inseguridades.

 

No sabía como hacerlo. Pensaba demasiado en lo que los demás iban a pensar de mi idea y me hacia mil preguntas. ¿Por qué les estoy contando esto? Porque todo comenzó a cambiar en mí hace años cuando participé de una conferencia en la que me presentaron ideas que resonaron profundamente con lo que estaba pensando.

Ideas que se parecían más a Jesús que lo que yo estaba acostumbrado a ver. Ideas que me hacían repensar la manera en la que iba a llenar el mundo de esperanza, ideas que me inspiraban y me confrontaban al punto de "moverme las entrañas". Lo mejor de todo es que miré hacia mi lado y encontré miles de otras personas que pensaban como yo. Ese fue mi IMPULSO.

 

IMPULSO es justo lo que las ideas necesitan.

                                                                               - Jonathan Ocasio